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¿Te sientes confundido y no sabes lo que realmente quieres hacer en la vida? ¿Sientes que no estás experimentando la satisfacción que deseas en la vida? ¿Estás aburrido de tu profesión? ¿Encuentras que la vida no tiene un sentido especial para ti? ¿No sabes exactamente lo que te gustaría hacer, pero estás seguro de que no es lo que estás haciendo ahora mismo? ¿Te es difícil tomar decisiones?, ¿Te encuentras constantemente con dilemas que solucionar?
Avanza en la dirección de tu inspiración sincera, definiendo tus valores.
¿Tienes claros tus objetivos? ¿Te has fijado metas a tí mismo en uno o en varios aspectos de tu vida? ¿O eres, por el contario, una persona que se deja llevar por el curso de la vida? ¿Eres de los que planean las cuatro semanas de vacaciones anuales a la perfección, dejando las otras 48 semanas del año sin dirección?
A menudo observo en mis sesiones privadas y talleres que muchas personas no tienen objetivos definidos, por diferentes razones. Pero si no sabes a dónde te diriges, ¿cómo puedes saber por dónde vas?
¿Qué tiene que ocurrir para que te sientas bien? ¿Necesitas tener a alguien que te dé un abrazo, que te bese, o que te diga cuánto te respeta y te aprecia? ¿Tienes que tener un millón de euros? ¿Tienes que tener un cuerpo diez? ¿Tienes que encontrar a la persona perfecta?
¿Tienes que conducir el coche correcto? ¿Tienes que gozar del reconocimiento de las personas adecuadas? ¿Tienes que ser capaz de hacer ejercicio todos los días?
En otras palabras…¿Cuáles son tus reglas y tus indicadores de LA FELICIDAD?
¿Te sientes malentendido por los demás? ¿Quizás sientes que no sabes cómo explicarte bien? ¿O que no puedes expresarte con claridad debido al miedo a no ser aceptado? ¿Tu relación con tu pareja, tus relaciones con tus amigos, familia o compañeros no son como desearías que fueran?
¿Qué tiene que ocurrir para que te sientas bien? ¿Necesitas tener a alguien que te dé un abrazo, que te bese, o que te diga cuánto te respeta y te aprecia? ¿Tienes que tener un millón de euros? ¿Tienes que tener un cuerpo diez? ¿Tienes que encontrar a la persona perfecta?
¿Tienes que conducir el coche correcto? ¿Tienes que gozar del reconocimiento de las personas adecuadas? ¿Tienes que ser capaz de hacer ejercicio todos los días?
En otras palabras…¿Cuáles son tus reglas y tus indicadores de LA FELICIDAD?
A veces creemos que algo debería ser diferente a cómo es… “Mi marido debería quererme más“, «Mis hijos deberían apreciarme más”, “Mi jefe debería ser más amable conmigo”, “Mi madre debería respetar mis decisiones y no meterse tanto en mi vida”.
Cuando te crees estos pensamientos, sufres.
Pero deberías saber que la causa de tu infelicidad no está en el mundo a tu alrededor, sino en lo que tú crees sobre ese mundo. Solo cuando te liberas de estos pensamientos, encuentras la paz dentro de ti y con el mundo que te rodea.
¿Sientes que incluso cuando tu pareja está intentando complacerte, no te llega a entender nunca del todo? O al revés, ¿Sientes que algo falla en tu relación porque la otra persona se enfada contigo… sin que tú sepas por qué? ¿O sin que ellos te den una explicación?
“Deberías llamarme más a menudo”… “Deberías cambiar tu estilo de ropa”… “Deberías encontrar un mejor trabajo”… “Deberías ser más maduro”… ¿Por qué no eres más atento conmigo?”… “¿Por qué no eres más sano?”… “¿Por qué no eres más organizado?”… “¿Por qué estás siempre en desacuerdo conmigo?”… “Por qué no eres más cariñoso conmigo?”…
Si prestas atención, te darás cuenta de que tienes este tipo de pensamientos en una relación, al menos una docena de veces al día. Estos pensamientos son una forma de querer que la realidad que vivimos con nuestra pareja sea diferente de lo que realmente es.
¿Tienes claros tus objetivos? ¿Te has fijado metas a tí mismo en uno o en varios aspectos de tu vida? ¿O eres, por el contario, una persona que se deja llevar por el curso de la vida? ¿Eres de los que planean las cuatro semanas de vacaciones anuales a la perfección, dejando las otras 48 semanas del año sin dirección?
A menudo observo en mis sesiones privadas y talleres que muchas personas no tienen objetivos definidos, por diferentes razones. Pero si no sabes a dónde te diriges, ¿cómo puedes saber por dónde vas?
¿Qué haces para enfadarte? ¿Qué haces para ponerte triste? ¿Qué haces para ponerte alegre? ¿Qué haces para sentirte inseguro?
Cuando formulo estas preguntas a la gente, primero hay un silencio… y luego la respuesta tiende a ser algo así como “No lo sé”, o “No tengo ni idea.” Para mucha gente no tiene sentido el preguntar qué es lo que tú haces para sentir estas emociones.
Pero el aprender cómo se generan estas emociones nos lleva a la raíz de cualquier problema sin quedarnos atascados en los síntomas.
A veces es necesario desaprender lo aprendido para poder actuar de manera más flexible y en la dirección adecuada para conseguir los resultados deseados.